Hay momentos que frente a algunos hechos de la vida, frente a situaciones difíciles e incomprensibles a uno se le hace difícil escribir un texto. Hoy, trataré de hacer un esfuerzo y regresarme al pasado. Trato de ver imágenes de un joven
hombre que pinta letras para un modesto cine, en Ciudad Bolívar, anunciando una película. Joven que le gusta el arte. Un día se viene a Caracas. Difícil la vida en la capital para un provinciano soñador. Quiere ser pintor; no de letras, quiere ser artista. Estudia en la Escuela de Arte Plásticas y Aplicadas, años después, es profesor de pintura en Maracaibo. Se va a París, quiere estar en el lugar de la vanguardia del arte. Viaja, estudia e Investiga a otros artistas y años después está exponiendo en la Galería Denise René, en París.
Tocó la guitarra para poder vivir y dedicarle todo el tiempo a la creación. Años después, viene a Venezuela. Expone. El arte hecho por un venezolano es conocido, o dicho de otra manera, un artista venezolano está entre los grandes del cinetismo. Los holandeses, los suecos, como también, los italianos quieren mostrar su arte en galerías y museos. Canadá le pide integraciones para su edificio del Banco Real Plaza, en Toronto. Los suizos quieren integraciones en sus edificaciones. Los alemanes adquieren sus obras, los museos del mundo muestran grandes exposiciones de Soto. Se cotiza. Es admirado. Venezuela le otorga el Premio Nacional de Pintura. Francia lo condecora como un gran artista. Grandes retrospectivas en París. En las bienales y exposiciones internacionales es premiado. El Museo Guggenheim, de Nueva York, muestra una gran exposición de su obra, como también, es presentada en importantes ciudades de los Estados Unidos. En Latinoamérica le condecoran y muestran sus trabajos. México lo presenta como un pionero. Realiza grandes obras para la arquitectura y espacios públicos en Venezuela. Eso fue durante varios años el recorrido por el mundo; su obra es reconocida internacionalmente.Pero vayamos al pasado y tratemos de imaginar situaciones. Sentado debajo de un árbol, en esa tierra de Guayana comienza a planear una idea de una pequeña colección de sus obras y de artistas venezolanos e internacionales. Y de repente, el arquitecto Raúl Villanueva lo apoya en esa idea y el Estado venezolano decide construir el museo. Y el 25 de agosto 1973, se inaugura el Museo con pinturas y esculturas de venezolanos y extranjeros. Éste museo lo quisieran tener otros países porque es único, porque es un museo de un sueño de un artista que dejó muy en alto el nombre de Venezuela, artista se origen humilde, trabajador, estudioso, perseverante y con gran confianza en él mismo, que con su dedicación llevó el arte muy lejos. Éste espacio para promover la cultura y el arte pictórico ha tenido varías crisis. Todavía muchos no han valorado y comprendido la importancia y la trayectoria de un artista de la tierra de Guayana. Donde el Orinoco con sus aguas pasa cargado con tantas historias que se han desarrollado en ésta área. Éste Museo fue un sueño, hoy, célebre en el mundo, montando interesantes exposiciones, en el presente, tiene 38 años de fundado. Hace unas semanas fue intervenido; después de conversaciones, ahora pasa al “Instituto de las Artes de la Imagen y el Espacio”. He leído la carta de Cristóbal Soto, hijo del maestro, dirigida al gobernador en donde muestra su malestar por la intervención a ésta institución cultural, así, como los comentarios e informaciones de prensa.
Éste museo, que tiene la particularidad de poseer obras de creadores de diferentes países y de artistas venezolanos que han trabajado dentro del abstraccionismo geométrico, del cinetismo y de otras tendencias. Colección que pertenece a la familia Soto. Cuando escribo éste texto siento una gran tristeza de ver cómo andan los museos, hoy, deberían estar aportando y mostrando más obras de arte, exposiciones de creadores venezolanos y de otros países. El arte es una manera de comprender al mundo. El arte es necesario para la humanidad, el Arte, con A mayúscula es libertad plena… sí no protegemos lo que hemos logrado culturalmente, ¡Estamos perdidos! Ésta noche recuerdo al maestro Soto; lo recuerdo en ese gran sueño de construir un gran museo para su ciudad, para Venezuela y el mundo; porque Soto con su obra, con sus vibraciones, con sus cuadrados, armonías, líneas, colores y sus penetrables, nos demostró, y mostró al mundo que había otra manera de hacer arte. Y, lo logró. Sus obras forman parte de colecciones de importantes museos, por el mundo.
¿Por qué sucede todo esto con éste icono del arte?… Éste museo es excepcional…No dejemos que éste museo se pierda en un laberinto de diatriba, de crisis y más crisis... Éste museo es en memoria de un gran creador, de un gran soñador que desde Ciudad Bolívar partió a Europa cargado de ilusiones para regresar convertido en todo un maestro; construyendo y creando un arte universal, para orgullo de todos nosotros. Fue, es y será siempre el maestro Jesús Rafael Soto, quién aspiró que en Ciudad Bolívar fuera el lugar de este interesante museo. Soto muere el 14 de Enero 2005, en París, a los 81 años. Hoy, no sé, me siento pesimista y consternado, pero, espero estar equivocado y deseo que el “Museo Soto” funcione cada vez mejor, como un gran sitio de cultura, como un gran templo del Arte Moderno para beneficio y disfrute estético de todos nosotros.
Esteban Castillo
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